Viajar con enfermedades crónicas: ¡Sí se puede!

¡Hola! Soy Erika, fundadora de Viajefy Agencia de Viajes. Hace casi tres años me diagnosticaron espondilitis anquilosante, un tipo de artritis autoinmune. Al principio pensé que tendría que renunciar a muchas cosas, incluyendo uno de mis grandes amores: viajar.
Pero con el tiempo descubrí que viajar con una enfermedad crónica es posible… solo que se necesita un poco más de consciencia, planeación y cuidado.

Hoy te quiero compartir lo que me ha funcionado para seguir explorando el mundo, incluso con una condición como la mía:

1️⃣ Escucha a tu cuerpo antes y durante el viaje

Además de seguir con tu tratamiento, es clave que estés atenta/o a cómo te sientes.
Yo he aprendido que el estrés, el cansancio, ciertas comidas y el exceso de actividad física pueden detonar brotes de dolor. Escucharme y observar mis límites me ha ayudado a prevenir muchos episodios.

2️⃣ Planifica descansos y no sobrecargues tu itinerario

Viajar no significa hacer mil cosas en un día.
Incluye espacios para descansar, estirar las piernas y respirar. Si vas en carretera, ubica paradas. Si vas a conciertos o tours, pregunta por zonas donde puedas sentarte, etc.

3️⃣ Empaca con estrategia
    •    Tu tratamiento y receta médica.
    •    Snacks que te ayuden a mantener energía y termo con agua.
    •    Ropa cómoda y calzado adecuado.
No es exagerado, es autocuidado. 

4️⃣ Viaja con personas que te comprendan… o viaja sola/o

Viajar con alguien que te entiende y respeta tus tiempos puede marcar la diferencia.
Si no es el caso, viajar sola también puede ser liberador. Vas a tu ritmo y te priorizas sin culpas. Yo he probado ambas y cada una tiene su magia. 

5️⃣ Sé amable contigo misma/o

No siempre podrás controlar todo. A veces tu cuerpo reacciona diferente, y eso está bien.
Viajar no tiene que ser perfecto para ser inolvidable. En un festival reciente, viajé con un brote. Pensé que sería horrible, pero terminé rodeada de personas amables que me ayudaron, me cuidaron y hasta me regalaron cosas. Fue una experiencia bonita… dentro de lo inesperado.

¿Conclusión?

Tu cuerpo sigue siendo tu mejor aliado y merece ser cuidado todos los días, para que cuando llegue ese viaje, concierto, boda o retiro puedas disfrutarlo al máximo.

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